COSQUÍN ROCK 2007
El fin de semana pasado se desarrolló con total naturalidad el Cosquín Rock 2007. Con unos cuantos artistas de peso ausentes en la grilla, con una duración de tan sólo tres días y con “Callejeros” aportando una cuota de polémica, el día viernes 9 comenzó el festival. La lluvia generó algunos charcos dispersos, e hizo que menguara la asistencia a las primeras presentaciones.En el escenario principal “Karma Sudaka”, actuando frente a poquísimas personas, abrió la tarde y demostró que no les falta humildad. Los uruguayos de “Hereford” muestran que quieren pisar cada vez más fuerte en nuestro país. “Carajo” hizo un espectáculo plagado de hits, con las últimas luces del sol como escenario natural. Manuel Quieto, a cargo de “La Mancha de Rolando”, desplegó la catarata de éxitos y de demagogia a la cual nos tiene acostumbrados. “Rata Blanca” se llevó todos los aplausos de un público que hasta ese momento había estado invisible.“Las Pelotas” demostraron que se merecen siempre cerrar un día de festival, y que la multitud rockera los apoya. Presentaron nuevos temas de su disco, próximo a salir. En el escenario temático, los brasileños de “Ratos” metieron miedo y “Almafuerte” demostró que, bajo el mandato de la gran figura de Ricardo Iorio, domina la escena metalera local. Alrededor de las tres de la mañana, con un frío que calaba hondo, los protagonistas abandonaron el predioEl día sábado “2 minutos” y “Attaque 77” (que tocó bastante) conformaron a los punks, que este año se quedaron sin su escenario temático. “Intoxicados” brindó un show magnífico. “Pity” Álvarez sin dudas será recordado como uno de los músicos más creativos del rock nacional. Babasónicos aportó el glam, las luces y el pop que demandaba una gran noche en la montaña. En el escenario temático "La Coca Fernández" mostró que son cordobeses, que son locales y que tienen energía para rato. “Dancing Mood” es una banda de reggae poco común que sorprende a los amantes del género.
Finalmente, el día de “Callejeros” llegó. El operativo de seguridad fue muy intenso. Hasta llegó a la prensa, que no pudo ingresar al campo y vivió el día desde un simpático corralito aislado de la realidad. Como no podía ser de otra manera, fue un show sentido, plagado de sentimientos encontrados e irradiaba una mística que sólo lo que pasó puede explicar. Los rosarinos de “Cielo Razzo” mostraron un show más que prolijo, y se posicionan como una de las bandas más fuertes del interior del país. En el escenario temático y en la última parte del principal, el rock and roll abundóy los pies no pararon de saltar. Los mayores “Ratones Paranoicos” mostraron por qué ya llevan varios años en la ruta y que recién después de ellos vienen todos los otros. “Jóvenes pordioseros” pasa por un excelente momento de popularidad.Palazzo, principal responsable del evento, declaró que estaba conforme con esta edición del festival y que quizás el próximo año relegue las responsabilidades del Cosquín Rock. Con la desaparición de otros festivales del interior, el de San Roque es el último que queda. Y la importancia de estos festivales es que pueden unir. Pueden unir a públicos y bandas.El rock en la montaña dice presente y quiere quedarse.
Finalmente, el día de “Callejeros” llegó. El operativo de seguridad fue muy intenso. Hasta llegó a la prensa, que no pudo ingresar al campo y vivió el día desde un simpático corralito aislado de la realidad. Como no podía ser de otra manera, fue un show sentido, plagado de sentimientos encontrados e irradiaba una mística que sólo lo que pasó puede explicar. Los rosarinos de “Cielo Razzo” mostraron un show más que prolijo, y se posicionan como una de las bandas más fuertes del interior del país. En el escenario temático y en la última parte del principal, el rock and roll abundóy los pies no pararon de saltar. Los mayores “Ratones Paranoicos” mostraron por qué ya llevan varios años en la ruta y que recién después de ellos vienen todos los otros. “Jóvenes pordioseros” pasa por un excelente momento de popularidad.Palazzo, principal responsable del evento, declaró que estaba conforme con esta edición del festival y que quizás el próximo año relegue las responsabilidades del Cosquín Rock. Con la desaparición de otros festivales del interior, el de San Roque es el último que queda. Y la importancia de estos festivales es que pueden unir. Pueden unir a públicos y bandas.El rock en la montaña dice presente y quiere quedarse.
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